¿COMO FUNCIONAN LOS ARANCELES EN MEXICO?, ¿COMO NOS BENEFICIA Y AFECTA?

En México, los aranceles son impuestos que se aplican a los bienes que ingresan o salen del país, principalmente en las operaciones de importación. Su función esencial es regular el comercio exterior, proteger la producción nacional y generar ingresos fiscales para el Estado. Aunque en apariencia pueden parecer una simple carga económica, en realidad son una herramienta estratégica que influye en múltiples niveles de la vida económica y social.



El mecanismo es relativamente sencillo: cuando una mercancía entra a territorio mexicano, la aduana determina su valor en aduana (con base en el precio de compra, transporte, seguros y otros gastos). A partir de este valor se calcula un porcentaje establecido en la Ley de los Impuestos Generales de Importación y Exportación. Ese porcentaje constituye el arancel que el importador debe pagar. Existen distintas modalidades: los ad valorem (un porcentaje sobre el valor de la mercancía), los específicos (una cuota fija por unidad) y los mixtos (una combinación de ambos).



Los beneficios de este sistema son notorios. En primer lugar, los aranceles ofrecen una protección a la industria nacional, ya que encarecen ciertos productos extranjeros y brindan ventaja competitiva a las empresas locales, lo que puede traducirse en más empleos y en el fortalecimiento de sectores estratégicos como la agricultura, la siderurgia o la industria textil. Además, los aranceles se convierten en fuentes de ingreso público, que ayudan a financiar infraestructura, programas sociales y servicios que benefician a toda la población.



Sin embargo, también existen efectos negativos. Al elevarse el costo de los productos importados, los consumidores suelen enfrentar precios más altos, lo que afecta directamente al poder adquisitivo de las familias. De igual forma, cuando los aranceles son demasiado elevados o se aplican de manera poco estratégica, pueden limitar la competencia, ocasionando que las empresas nacionales no se vean presionadas a innovar o mejorar la calidad de sus bienes. En un mundo globalizado, un exceso de barreras arancelarias también puede provocar tensiones comerciales con otros países y reducir la atracción de inversión extranjera.



En conclusión, los aranceles en México funcionan como una balanza delicada: al mismo tiempo que fomentan el desarrollo interno y aportan recursos al gobierno, pueden encarecer productos básicos y afectar el bolsillo de los consumidores. Su verdadero valor radica en encontrar un equilibrio entre proteger lo nacional y mantener abierta la puerta al comercio internacional, asegurando que el beneficio colectivo sea mayor que el costo individual.



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KEVIN MAGAÑA
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